CuentoFilia

Etiqueta: viajes

  • La caja azul

    http://www.ile-aux-nounous.fr

    Érase una vez que se era, como todas las cosas que existen y existirán, una caja azul metida en un trastero. Era una caja de cartón que no podía contarnos mucho porque había prometido guardar el secreto de su existencia y de su presencia en el lugar donde empieza este cuento. Y así es como dejamos que la historia se cuente sola…

    Tenía doce años cuando se enfrentó a aquel reto.

    Era pequeña, de dientes algo torcidos y pecas mal repartidas. Negros ojos, vivos y grandes, tal vez demasiado grandes. Un pelo rebelde, ni rizado ni lacio, siempre en un intento de recogido en forma de trenza o coleta. Tan delgada que toda la ropa le quedaba grande. Ni asomo de femineidad, lo cual la mantenía en un vilo constante, ya que la preadolescencia no perdona y las hormonas, crueles, hacían de las suyas, pero no de un modo visible.

    Berta.
    Además se llamaba Berta.
    ¿Por qué no la habían llamado Laia, como su madre?

    (más…)

  • La lata de cocacola

    Érase una vez que se era, como todas las cosas que han existido y existirán, una lata de cocacola muy especial. Era ésta una lata muy peculiar que había recorrido mundo. Ya no era en absoluto parecida a una lata nueva, de esas que habitan en una máquina refrigerada en las que depositas una moneda, ni de esas relucientes que hay en las estanterías de los supermercados, no. Esta lata estaba toda abollada. Como era una lata antigua, había perdido la argolla y sólo un triste tono anaranjado, recorrido por unas letras grisáceas, podía dar a entender que, en su día, fue una brillante lata de cocacola.

    Esta lata, que no solía dar mucho la lata, recorrió las carreteras a base de golpes. Recordaba su primer golpe. De hecho recordaba toda su vida, desde que salió de la fábrica, fue llenada del preciado líquido, depositada en una caja junto con numerosas compañeras, cual ejército rojo y plata, hasta que, situada en primera fila en la estantería de una tienda de ultramarinos, en la esquina entre las calles «La Serrana de la Vera» con «El séptimo sello», en la ciudad de Venezuela, fue trasladada a la nevera para estar fresquita y, de allí, pasó a las manos de un chaval llamado Tito. (más…)