La letra «a»

Érase una vez que se era, como todas las cosas que existen y existirán, una letra cansada que estaba harta de ser (mal) utilizada. Era una «a» minúscula, la primera de las vocales, la mayor y, por tanto, la que había tenido que ser la hermana responsable de todas las demás díscolas. Porque la «e» siempre había sido una rebelde independiente que no hacía caso a los consejos de la «a». Cuántas veces, por fastidiar, en vez de «e» se escribía «6» o «9».

La «i» era más educada, tal vez porque no soportaba los desvaríos de la «e», pero era una olvidadiza y siempre se estaba dejando el punto por ahí, dando pie a la creación de la expresión «vamos a poner los puntos sobre las íes». La «o» y la «u» se llevaban muy bien entre ellas y la «a» las mimaba un poco, lo justo para que crecieran conservando la magia de la infancia. La «o» lo había pasado muy mal porque la llamaban gordita, actitud que siempre le sorprendía (no terminaba de acostumbrarse y respondía «Ooo» a cada rato, pero sobre todo cuando la llamaban gordita, ante lo cual la «u» se enfadaba muchísimo, impulsándose a sí misma y asustando a los que se metían con la redondita «o». Un «uuuu» bien entonado en mitad de la noche puede llegar a ser aterrador)… Continuar leyendo «La letra «a»»